




EL CUENTO "UN TESORO MAGICO POR DESCUBRIR"
Campo y ciudad
Una mañana, temprano, Don Agustín llegó a visitar a sus nietos, que viven en plena ciudad. Como él es un hombre de campo se sentía extraño entre tanta gente apurada y nerviosa, ¡era tan distinto a la tranquilidad de su pueblo!
Tocó el timbre en la entrada del edificio y una voz que salió de una rejilla le dijo:
-¿Quién es?
-Agustín, el papá de Roberto-contestó con recelo.
-¡Abuelo, qué suerte que llegaste! Cuando escuches una chicharra empujá la puerta y entrá.
Cada vez más confundido en su primera visita a la gran ciudad, el abuelo seguía las indicaciones y así llego al departamento. ¡Qué distinto era todo!
Mientras los chicos lo abrazaban, él no dejaba de observar.
-¿Para qué es esa caja?-preguntó.
-Es un horno a microondas, para calentar la comida.
Los chicos querían mostrarle al abuelo todo lo que tenían: el televisor plano, la computadora, una heladera inmensa color gris con formas aerodinámicas...
-¿Viste abuelo, te gusta? ¿Querés quedarte con nosotros?
El abuelo sonrió y no respondió.
-¿Dónde están sus padres?-preguntó.
-Fueron a comprar comida para el almuerzo, seguro que traen de lo más rico. Los voy a llamar al celular para avisarles que ya llegaste.
-Cómo, ¿no cocinan aquí?
-Y no, abuelo, no hay tiempo, los dos tienen que trabajar. Nosotros estamos casi siempre solos-dijo algo apenado el menor de los nietos.
-Y vos en el campo ¿no te aburrís abuelo?
-¿Aburrirme? No chicos, trabajo todo el día, ordeñando las vacas, para que ustedes tomen una rica leche, cuidando los trigales, que después serán harina y luego pan; atendiendo los animales y la quinta; si hasta les traje huevos y verdura fresca.
-¡Qué rico abuelo! Pero decime, ¿es feo ordeñar las vacas?
-Antes era mucho trabajo, ahora hay ordeñadoras mecánicas que hacen todo más rápido y limpio. La cosecha también es más simple, con grandes máquinas se hace todo en menos tiempo y de forma más prolija.
-Abuelo, yo quiero ir a trabajar con vos, es muy interesante saber que casi todo lo que consumimos viene del campo y que en las grandes ciudades se fabrican las herramientas para que sean más fáciles las tareas.
-Y sí chicos, es así, todos hacemos falta, el campo y la ciudad siempre deben trabajar unidos. Pero no crean que todo es trabajo, nosotros también nos divertimos. Luego de cumplir con nuestras tareas, nos reunimos a comer empanadas, a jugar al truco y cada tanto participamos de las famosas fiestas criollas, donde están presentes todos los que aman nuestras tradiciones. Porque es una fiesta para los argentinos, para los que trabajan, en el campo o en la ciudad, siempre pensando en el futuro de la patria.
